sábado, 29 de septiembre de 2012

ESCENARIOS COMUNES




Con un sentido profundo y estético de la poesía, Inma Arrabal Cano (Jerez de la Frontera) recorre unos escenarios existenciales batallando con el propio verso, de esa forma en que la realidad es vista pos los poetas. Los paisajes habitados, el pretérito dolor, o remembranzas de noches de tormenta, son los cauces por donde Inma Arrabal hace navegar su escritura. Desde aquí se ve lejano el Sur, comienza uno de sus poemas. Lejano en el espejo de la cotidianeidad, pero no por ello olvidados en la palabra de la poeta. Un tiempo en que Las horas se tendían hacia el alba, en que La emoción cosquilleaba mis párpados, un tiempo, en definitiva, vivo aún en la memoria, en ese lugar que Inma Arrabal, de forma privilegiada, hurga con el acierto imprescindible para decir Y ahora quiero recordar lo que viví.
Sin caer en artificiosos sentimentalismos, no huyen estos versos del dolor, Minetras allí, en mi tierra / las palmas siguen blancas, / verdes las ramas del olivo, […], Aquí te dejo las penas. Ni huyen del presente, de la vida que entra por las sombras, bien al contrario, asienta con firmeza los pies en la realidad para, desde ella, decir, Y yo, sobreviviendo en este agujero / de tela enmarañada, / procuro mantener con vida el recuero / y lo disfrazo de melancolía.





La poesía exige, para entrar en la tierra de la infancia, la imperturbabilidad necesaria para ser fiel con uno mismo. Eso hace, de forma bella y lírica, Inma Arrabal, y disuelve las penas y alegrías con un latido poético que convierte en literatura, en una geometría exacta del compromiso con ese rincón de la memoria donde todos guardamos nuestra historia, azoteas de luz tamizada, ausencias, cangilones de vida y algún que otro sonrojo. Una tierra por la que entramos de la mano de Inma Arrabal, ¡Cuántas veces entré por la abierta cancela, / sin tocas la campanilla, zaguán adelante, / hasta el patio grande de la casa…!.

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