lunes, 4 de junio de 2012

UNA PROMESA DESEADA Y CUMPLIDA



Es una de esas tardes calurosas en Sevilla, cuando mayo se pone el traje de agosto y los forasteros se abanican con los folletos de La Giralda y los Reales Alcázares. Hacía tiempo que Jesús Tortajada me había prometido una novela, pero como sé que su profunda humanidad lleva aparejado cierto despiste no exento de encanto, tenía la certeza de que la promesa estaba en buenas manos. Cuando el calor (la caló) dejó paso a una noche benévola, de esas de terraza y copa y charla, Jesús Tortajada, consciente de la inmensa alegría que me iba a producir, me puso en las manos un sobre. No hizo falta decir nada, yo sabía que dentro de aquel envoltorio estaba la novela prometida, la esperada (por mí) novela de su hermano Vicente Tortajada (Sevilla 1952-2003). Quise retrasar el momento de mi deseado encuentro con la novela, pero no pude resistir echar un fugaz vistazo a Flor de Cananas, editada por Renacimiento en el año 1999. Su portada, cuidada y acertadísima (sé que fue elección de Abelardo Linares), ya prometía un interior deslumbrante. A Vicente lo conocía por su poesía, honda, descarnada, real y verdadera como únicamente pueden ser los versos de los grandes, de los que atesoran en su decir la clave milimétrica de la palabra justa.
Pero a lo que vamos, a la magnifica Flor de Cananas.


De un modo novelado, Vicente Tortajada relata la vida de Pedro Vallina, medico sevillano y figura incipiente del anarquismo. Lo hace a través de unas conversaciones (bobinas) que grabó su amigo de origen irlandés Federico Padilla O´Farrell. A través de estas grabaciones, vamos conociendo a Pedro Vallina, pero también conocemos la prosa enérgica de Vicente Tortajada, su estilo sin concesiones artificiales, su hondo compromiso con la verdad, con la ética y con la estética de la literatura. Con una riqueza de vocabulario que deslumbra, el escritor sevillano nos transporta a la primera mitad del siglo pasado. Su refinada técnica narrativa, su meditada perspectiva con respecto al texto, nos hace testigos privilegiados de ese escenario inspirador que es el estilo inigualable y personal de Vicente Tortajada.
Podría seguir escribiendo sobre Flor de Cananas y sobre Vicente Tortajada, pero creo que nada puede igualar la lectura de este compendio de literatura y honestidad escritora. A buen seguro que la Editorial Renacimiento tiene aún ejemplares de esta novela para todos aquellos que deseen adentrarse en sus páginas, en su historia y en el mundo creador de Vicente Tortajada. 


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