Cuidado con esta
novela, Caída y auge de Reginald Perrin, ya que estamos ante el peligro
de obviar todo lo que encierran sus páginas. Si con ella su autor, David Nobbs
(Orpington, Kent,
1935), consiguió una notoria fama, no es menos cierto que ese humor inglés al
que David Nobbs recurre, no debe ocular el trasfondo de esta excelente novela.
Esta es la primera entrega de una trilogía protagonizada por Reginald Perrin,
un mediocre empleado de la empresa Postres Lucisol, que un día decide romper
con todo, fingir su suicidio, y empezar en otro lugar. Como digo, que todo el
confeti humorístico en torno a esta obra, no nos deje a medio camino. En el
Reino Unido, una serie televisiva de bastante existo se ocupó de llevar a la
pequeña pantalla esta trilogía.
Como digo, y perdón por la
insistencia, que nadie se quede en esa primera impresión. Bajo esa capa de
humor socarrón y algunas veces irreverente, de esos tópicos surrealistas,
encontramos una feroz crítica del sistema, una sutil ironía propia de los
grandes escritores. Por eso, debemos ver (leer) en este texto una crónica de la
vida cotidiana y social de la época. El acierto de David Nobbs es rodear de
humor lo que no es sino una tragedia, la de Reginald Perrin, encerrado en una
vida insatisfactoria, encorsetado por unas normas hipócritas y superficiales
que lo llevan ante el planteamiento decisivo de su vida, a saber, arriesgarlo
todo por su propia libertad. Romper con la mediocridad y el conformismo,
fingirse muerto, desaparecido, libre.
David Nobbs es un escritor
inteligente y perspicaz, elegante en su palabra y despiadado cuando ha de
serlo. Un nuevo acierto de la Editorial Impedienta, a la que ya habría que ir
reconociendo su labor de pulcritud y calidad en los títulos que edita.